El consumo del aire acondicionado es una de las grandes preocupaciones del usuario antes y durante su uso. Aparte de la instalación, como consumidores también queremos saber qué va a suponer para nuestra economía del día a día a la hora de comprar un aire acondicionado. O también, cuáles son los factores que pueden hacer que nuestra instalación consuma más o menos, con su correspondiente gasto. Por ello, en el artículo de hoy trataremos de dar respuesta a estas cuestiones, y lo aplicaremos en un caso práctico.
Variables del consumo y el gasto
Lo primero que debemos comprender cuando analizamos el consumo de los aparatos de aire acondicionado, es que entran en juego una gran cantidad de variables. En primer lugar, debemos tener en cuenta la zona climática en la que se pone a funcionar el equipo. No va a trabajar de la misma forma un aire acondicionado en la zona norte de España, por ejemplo, en Galicia, que en Córdoba.
Una vez asumida esa diferencia de base, después debemos centrarnos en que el consumo de la instalación va a variar también en función de las necesidades del usuario. Estas necesidades se establecen en función de la temperatura exterior, el aislamiento térmico del lugar en el que deba actuar, de la ventilación y de la sensación térmica del propio usuario. En función de eso el aparato deberá reducir en la estancia una serie de grados, que, como hemos dicho, variará sustancialmente en función de la zona climática. Cuantos más grados se quieran reducir, mayor será el consumo del sistema.
Para seguir, se han de tener en cuenta también las características del sistema. ¿Cómo de eficiente es? ¿Utiliza la tecnología inverter? ¿Cuál es su SEER? Son cuestiones que afectan al consumo del aparato, y finalmente también a su gasto económico. Por ello, si se quiere realizar un cálculo exhaustivo, se debería medir casi minuto a minuto en función da cada caso para dar con la cifra aproximada.
Aplicación real
A partir de este punto se expondrá un caso práctico que simplificará la gran mayoría de las variables expuestas con anterioridad. Lo primero que vamos a elegir es la potencia a la que va a trabajar el equipo, que es la que luego nos va a servir de referencia para calcular los consumos. En función de las variables mencionadas anteriormente, los equipos de aire acondicionado domestico pueden funcionar desde 600 W hasta 12000 W, por ello, usaremos una potencia media de 3500 W o 3,5 kw para nuestro caso, que podría ser un equipo Split Mural para un apartamento de playa de 50 m2. Si queréis realizar un cálculo de la potencia del aire acondicionado más real, os dejamos este artículo de nuestra web.
Teniendo en cuenta que el SEER puede ser 4, la potencia instalada que nuestro sistema requerirá en nuestra vivienda será de 0,875 kW. Debemos tener en cuenta que esta será la potencia real que el sistema va a demandar, ya que el rendimiento convierte esos 0,875 kW en los 3,5 kW que nosotros utilizamos. Por lo tanto, con una potencia contratada de 3,3 kW en nuestro domicilio debería ser suficiente mientras que no realicemos al mismo tiempo actividades que requieran gran potencia.
Ahora debemos estimar unas horas de consumo. El consumo del aire acondicionado es, por lo general, estacional. Con esto queremos decir que se utiliza únicamente en los meses más calurosos, 4 meses al año. ¿Y cuál es su uso diario? Contando con el tiempo que estamos fuera de casa, que lo apagamos o lo dejamos en bajo consumo a la hora de dormir, y que se suele encender a media mañana, podemos estimar un uso de 6 horas diarias en día laborable y 8 horas en fin de semana. En un mes se estimarán 22 días laborables y 8 festivos. Finalmente falta por calcular el precio del kWh, que se cogerá el dato de 0,13 €/kWh.
Con estos datos, procedemos a calcular el consumo mensual:
Con el consumo mensual, podemos también calcular el consumo anual:
Ahora, convertiremos ambos precios en unidades económicas:
Por lo tanto, con estos cálculos podemos observar una estimación de cuánto puede costar anualmente un aire acondicionado en nuestro hogar.